En 1985, Andrés Ibáñez, propietario de la empresa de iluminación vitoriana Ibáñez Arana, afincó su estudio y centro de operaciones en la calle Rioja de la capital alavesa. Este imponente recinto, que reabre sus puertas tras una gran transformación basada en juegos de luces y técnicas, ha visto cómo ha evolucionado la luz en muy pocos años. De la incandescente al láser, tecnología que ya se desarrolla en ciertos países de Europa y que, posiblemente, sea la realidad más próxima en este sentido, la sociedad ha evolucionado con los diferentes tipos de luz que se han ido asentando en nuestras casas y comercios. Para saber más sobre este negocio vitoriano, no te pierdas nuestra revista de junio.