La coincidencia ciudadana es casi unánime. Vitoria se ha instalado en un caos de tráfico que no recuerda nadie. Es un infierno conducir.
Explicamos los motivos. Un plan de tráfico dirigido desde el Ayuntamiento de la ciudad que provoca atascos, más gasto de carburante y más complicaciones para aparcar. Un plan para 550 calles (de 700) tiene la culpa.
Ir al trabajo, llevar niños al colegio… Es ya un problema de primera magnitud. Los vitorianos pasan ahora el doble de tiempo en el coche que hace un año.
Y mientras tanto, el Consistorio sin establecer alternativas de transporte públicou otras medidas que mitiguen la situación.